Test drive

Probamos al nuevo Chevrolet Cruze II

El nuevo sedán mediano del moño se lanza en Uruguay y ya lo manejamos.

Probamos al nuevo Chevrolet Cruze II

Gracias a la presencia que tiene Autocosmos.com en toda Latinoamérica, pudimos ponernos tras el volante de uno de los proyectos más ambiciosos de Chevrolet en Argentina, país donde se fabrica esta nueva generación. A pocos días de su lanzamiento en Uruguay, te traemos una prueba de manejo donde analizamos el rol que podrá tener este interesante vehículo en nuestro mercado.

El segmento de los sedanes medianos ha evolucionado mucho en los últimos años, y se volvió el terreno donde las automotrices despliegan su tecnología, avances y “trucos” pero sin llegar a los elevados precios de los autos más grandes.

En los papeles, el nuevo Chevrolet Cruze tiene todo lo necesario, y en nuestro país contamos únicamente con la versión tope de gama, (LTZ+) que trae todos los “jugetes” modernos (salvo el servicio OnStar).

 

Mecánica y seguridad

Con 245 Nm desde 2.000 rpm, el 1.4L turbo tiene el mismo empuje que un 2.5L naftero de aspiración natural

Utilizando una nueva plataforma, el Chevrolet Cruze II tiene una gran virtud, el bajo peso que puede marcar en la balanza hasta 113 kg menos que su antecesor. Sobre esto hay que sumarle un 4 cilindros con inyección directa y turbo que genera 153 CV. Muchos pensarán que no es tanta potencia y que al ser un 1.4L es muy chico, la respuesta está en el torque con unos 245 Nm desde 2.000 rpm, el mismo empuje que un 2.5L naftero de aspiración natural y disponible desde muy bajas vueltas.

En cuanto a seguridad, además de los obligatorios ABS y doble airbag, todos los Chevrolet Cruze II ofrecen controles de tracción y estabilidad, anclajes ISOFIX, y tres apoyacabezas y cinturones de 3 puntos en el asiento trasero. La versión LTZ+ cuenta airbags laterales y de cortina, advertencia de colisión frontal, aviso de cambio involuntario de carril y de punto ciego, entre otras tantas cosas.

 

Interior y equipamiento

La cabina del nuevo Chevrolet Cruze es muy amplia, tanto adelante como atrás, donde sorprende el espacio para las piernas. El baúl pierde un poco respecto de la primera generación y la boca de carga es algo estrecha, pero con 440L está muy bien.

Respecto al ambiente, no es suntuoso con plásticos duros al tacto -engomados en la parte alta de tablero y contrapuertas- y algunos encastres que podrían ser mejorados. Al respecto no ayudan los decorados elegidos, y los tonos claros que restan sensación de calidad a las superficies. La mejor parte está en la sección baja del tablero con un revestimiento en símil cuero. Se nota que Chevrolet decidió trabajar más el estilo tecnológico y eso queda claro en dos elementos centrales de la cabina del Cruze que describiremos a continuación.

La pantalla de 8” es rápida, multitáctil, completa y fácil de operar

Lo primero que llama la atención es la pantalla de 8”, no tanto por el tamaño sino por su buen funcionamiento, es rápida, multitáctil y fácil de operar apoyada por un grupo de botones en la consola, incluyendo el de volumen y sintonía por perillas que siempre son más prácticas. Además, podemos hacer Mirror Screen y usar las bondades de nuestros celulares mediante Apple Car Play y Android Auto. Y un dato no menor, es la primera vez que pruebo un auto donde el sistema de órdenes por voz funcionó bien ¡siempre!, tanto para darle direcciones al GPS como para pedirle que llame a algún contacto.

La segunda mitad del repertorio tecno está en el cuadro de instrumentos donde otra vez Chevrolet tuvo el acierto de combinar analógico con digital. Mientras los indicadores clásicos (velocímetro, tacómetro, agua y combustible) siguen a cargo de agujas, en el medio hay una pantalla de buenas dimensiones que nos permite recorrer muchas funciones con facilidad. Utilizando los controles en el volante podemos pasar de ver las indicaciones del navegador a una completísima computadora de a bordo, e inclusive podemos elegir entre las opciones que da el control de voz, callando a la señorita de voz y pronunciación extraña antes de que se vuelva molesta.

 

Comportamiento dinámico

Antes de ponernos en marcha nos acomodamos correctamente en su cómodo y envolvente asiento cuya larga regulación en altura nos permite subirlo lo suficiente para sentirnos que estamos sobre el auto, o bajarlo tanto como para sentirnos dentro del nuevo Chevrolet Cruze. El volante de correcta empuñadura también puede ajustarse en altura y profundidad.

La caja automática envía muy poco ruido del convertidor de par y el paso de cambios es casi imperceptible

Al ponernos en marcha lo primero que llama la atención es el accionamiento de la caja de cambios automática con muy poco ruido del convertidor de par y un paso de cambios casi imperceptible, especialmente a partir de 2º. Solo se le puede adjudicar que en maniobras de estacionamiento necesita un golpecito de acelerador para acoplar, sino se queda quieto.

Con poco acelerador el accionamiento del motor es sereno y cuando se le pide potencia hay que esperar un instante a que cargue el turbo y a partir de ese momento la entrega es sólida. Seguramente pensada para ahorrar combustible, a la caja no le gusta mucho rebajar, pero si somos decididos sobre el acelerador bajará uno o dos cambios sin necesidad de usar el control secuencial.

Las suspensiones tienen el refinamiento que le faltaba a la primera generación

El trabajo de las suspensiones es muy bueno, tienen el refinamiento que le faltaba a la primera generación y pasan con gentileza por las irregularidades pese al talón tirando a bajo de las cubiertas que suele poner las cosas más ásperas. En ruta es evidente que el enfoque no es deportivo, pero va bien plantado y se pueden encarar curvones muy rápido con un rolido controlado.

Otro aspecto que la ficha técnica no puede describir es la insonorización, y en este caso es de primer nivel ayudada en ruta por la 6º larga. Para hacerse una idea, a 120 km/h de (113 km/h reales) de velocímetro el nuevo Chevrolet Cruze viaja con la aguja apenas sobre las 2.000 rpm. Si lo llevamos a unos 120 km/h reales (unos 128 km/h de velocímetro) el tacómetro se fija en 2.500 vueltas y el consumo en 6.3 L /100.

 

Conclusiones

El nuevo Chevrolet Cruze tiene una buena ficha técnica y de equipamiento, pero lo más interesante es todo lo que no se refleja en ellas. Sin ser deportivo tiene muy buena performance, pide poca nafta a cambio, es confortable y está muy bien insonorizado. La calidad percibida del interior podría ser mejor, pero a cambio la gente del moño decidió invertir en tecnología y esto se nota cada vez que usamos la pantalla táctil que está entre las mejores.

 

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