El futuro del automóvil es eléctrico, y todos los consumidores quieren uno. Esa pareciera ser la conclusión a la que han llegado al unísono todos los fabricantes del globo.
Desde hace meses, todos los días escuchamos los compromisos de los distintos fabricantes transformar sus modelos a eléctricos a más tardar en 2030, acompañadas de anuncios sobre cuantiosas inversiones para incrementar la producción de vehículos electrificados.
En 2012, las ventas de autos eléctricos apenas llegaron a 130,000 unidades y no se vislumbraba una manera en que la tendencia fuera a cambiar, sin embargo, en los últimos 3 años la cosa ha cambiado drásticamente, en 2019 se vendieron 2.2 millones de eléctricos, alcanzando así la tímida cifra de 2.5% del total de ventas de autos a nivel global.
Para 2020, aun cuando la pandemia y los problemas en la cadena de suministro propiciaron una caída en las ventas, se colocaron 3 millones de eléctricos, llegando al 4.1% de las ventas totales. El año pasado, el crecimiento se duplicó, con 6.6 millones de unidades colocadas y logrando así cerca del 9% de share. Es importante recordar que se consideran a los plug-in hybrids en estas cifras.
China lidera por mucho con 3.4 millones de unidades, seguida de Europa con 2.3 millones, en EU se vendieron unas 700 mil unidades.
Pero el sustancial incremento pareciera no estar del todo alineado a un tema de gustos de los consumidores, sino de regulaciones impuestas por los gobiernos. Y es que los estándares de emisiones mucho más exigentes, las presiones hacia la industria automotriz e incentivos para compra de eléctricos son los factores que están generando el crecimiento.
Carlos Tavares, CEO de Stellantis declaró recientemente que son los gobiernos y no la industria automotriz los que determinaron el camino de la electrificación para el automóvil.
Cuando analizamos mercados como China, Europa o EU, la tendencia es clara, y parece que los eléctricos van en caballo de hacienda hacia la dominación del mercado. Sin embargo, estos tres grandes mercados, que son responsables del 90% de las ventas de eléctricos a nivel global, solo representan 2 terceras partes del mercado global.
Pero en contraste podemos citar a Tesla, que contra todo pronóstico se ha consolidado no solo como la compañía automotriz más valiosa de todas (valor de mercado), sino que también es la que más eléctricos vende, colocando 936,172 unidades en 2021. Si bien, la firma de Elon Musk todavía ve lejos a Audi, BMW o Mercedes-Benz, sus ventas ya superaron a otras muy tradicionales y prestigiadas como Lexus o Volvo. Y no dejemos de considerar que se trata de autos 100% eléctricos.
Entonces, en el segmento premium al menos, y aunque sea más por moda que por un análisis racional, los consumidores sí están mostrando mucho interés por los eléctricos y Tesla es prueba de ello, no por nada es que se avecina una impresionante ofensiva de nuevos productos que veremos en los próximos años por parte de: BMW, Audi, Mercedes-Benz, Porsche, Volvo, entre otras.
Pero si hablamos de las marcas de gran volumen, las cosas, por lo menos hasta ahora son muy diferentes.
¿Y los eléctricos en Uruguay?
Los eléctricos son costosos y en mercados tan sensibles al precio como el uruguayo, el pretender que sus ventas se incrementen significativamente simplemente porque es políticamente correcto manejar uno, es bastante inocente. Por si fuera poco, casi no hay infraestructura, un plug-in hybrid suena a lo más prudente dada nuestra realidad, aunque nuevamente nos encasillamos prácticamente. Si los grandes fabricantes están planeando tener gamas solamente eléctricas para 2030 o incluso antes, ¿qué va a ser de sus operaciones en nuestro país? ¿si están invirtiendo todos y cada uno de los recursos que generan en el desarrollo de eléctricos, nos enfilamos a que economías como la nuestra, queden atrapadas en un rezago tecnológico por nuestro menor poder adquisitivo?
O quizá ese radical discurso de transformación es pura retórica, sea como sea, los autos eléctricos son opción para muy pocos, muchos menos si se trata de una economía del tercer mundo.