Estamos en una época en la que la economía global obliga a algunas empresas automotrices a buscar alianzas o a morir en el intento. Sobre eso la industria estadounidense sabe y mucho, teniendo en cuenta las disoluciones de marcas icónicas como Oldsmobile, Pontiac, Saturn y Mercury, que marcaron una tendencia que no se revertirá.
Afortunadamente, de vez en cuando se desarrollan proyectos que recuperan nombres que supieron destacarse en el mundo de los autos. Quizás Bugatti sea el caso más emblemático, al renacer a principios de este siglo de la mano del Grupo Volkswagen y con un deportivo digno de hacer historia como lo fue el Veyron.
Los intentos también llegaron a legendarias marcas de autos de carrera, como Brabham y Ligier, mientras que el último recuerdo es el de Hispano Suiza, elegante firma española que nos encandiló hace unos meses con la propuesta del Carmen, proyecto en el que se continúa trabajando y que pronto tendrá listas las primeras entregas.
Delage, otra marca que vuelve al ruedo
Por estos tiempos una firma automotriz que marcó la época del periodo de entre-guerras está de regreso. Hablamos de la francesa Delage, que acaba de presentar el súperdeportivo híbrido D12 con el que quiere quebrar el récord del auto de producción más rápido en el Infierno verde de Nürburgring.
Antes de entrar en detalles sobre el nuevo vehículo ecológico, pasemos a recordar por qué Delage se convirtió en una marca que con sus modelos suele ganar concursos de elegancia.
Un poco de historia
El Delage Type Y 1914 en Indy 500, con René Thomas al volante.
La firma fue fundada en 1905 en Levallois-Perret -Francia- por Louis Delâge, un ex ingeniero de Renault que formó su propia empresa tras conseguir un préstamo de 35 mil francos, lo que le permitió comprar un par de tornos y contratar a un ex diseñador de Peugeot. Inicialmente se centró en proporcionar carrocerías a la marca Helbé, para en 1906 presentar el Tipo A, su primer modelo y que era impulsado por un motor monocilíndrico de Dion-Bouton.
Como era la tónica a principios del siglo XX, Delage se mandó a probar sus autos en las competencias, donde rápidamente adquirieron fama de veloces y confiables. Ya para 1908 tuvo fábrica nueva y venció en el Grand Prix des Voiturettes en Dieppe, a lo que se le sumó una venta anual de 300 unidades, cifra relevante para esa época. Su avance continuó en la mecánica, ya que a finales de la década produjo sus propios motores de cuatro, seis y ocho cilíndros, y también en la producción, que en 1912 superó las mil unidades anuales.
Por si su evolución no fuese constante, en 1914 Delage cruzó el oceáno con el Type Y que había ganado en el Gran Premio de Francia -disputado en Le Mans- y se impuso en las 500 Millas de Indianópolis, con René Thomas al volante.
La Primera Guerra Mundial obligó a Delage a fabricar municiones y algunas unidades para el ejército, pero tras el conflicto bélico la marca pasó su etapa de mayor esplendor al producir autos grandes y deportivos. El primero de ellos se denominó CO y estaba equipado con un motor de seis cilindros y 20 CV, pero los más exitosos fueron el DE y el DI, ambos de cuatro cilindros, mientras que para el segmento de lujo lanzó el GL.
Delage D6 de 1932.
El primer deportivo "de verdad" fue el DI, que contaba con un impulsor de 5.100 cc y tres carburadores Zenith, lo que le sirvió para ganar las clásicas trepadas de La Turbie y Mont Ventoux. En 1924 y equipado con un V12 de 10.688 cc, batió el récord mundial de velocidad en Arpajon al llegar a los 230,52 km/h, mientras que tres años después fue el Type 15 S 8 el que ganó cuatro GG.PP. en Europa, por lo que se consagró como "Campeón Mundial de Constructores Automovilísticos" de aquel calendario.
Con la llegada de los Delage D6 y D8 en 1930 comienza la denominada era clásica. Impulsados con potentes motores de seis y ocho cilindros respectivamente, fueron los que a la marca le terminaron dando fama mundial. Sin embargo, la crisis económica iniciada un año antes golpeó fuertemente a la marca, que en 1935 pasó a manos de Delahaye, firma con la que compartía componentes como la suspensión y la transmisión, entre muchos otros.
Tras la Segunda Guerra Mundial la marca se truncó, no tuvo grandes proyectos y algunos de sus chasis fueron complementados por carrocerías de empresas de lujo. Louis Delâge falleció en diciembre de 1947 sumido en la pobreza, mientras que la producción de la marca cerró en 1953, luego de fabricar más de 40 mil unidades desde su fundación.
La llegada del Delage D12
Volvamos al siglo 21. Pasaron 115 años desde que se fundó Delage y casi 70 desde que se produjo su última unidad, pero eso no impidió en absoluto el regreso de la marca. No sabemos si tienen intención de entrar en la producción masiva de autos o si se situarán en el cómodo lugar de fabricante de nicho enfocado exclusivamente en autos eléctricos de altas prestaciones, posición que está haciendo generar tantos nuevos actores que posiblemente jamás hubiesen sido capaces de producir un motor de combustión propio.
Hoy la marca pertenece a la asociación Les Amis de Delage, creada en 1956 por Patrick Delage, bisnieto de Louis Delage, mientras que el que está a cargo del nuevo proyecto es Laurent Tapie, hijo del controvertido empresario francés Bernard Tapie, quien en su currículum cuenta con la compra y venta de Adidas -con malversación de fondos de por medio- y el arreglo de partidos cuando era dueño del Olympique de Marsella.
En 2019 se presentó un concept del Delage D12, que hoy ya presenta formas definitivas. De acuerdo con sus creadores, sus líneas están inspiradas en el diseño de los monoplazas de la Fórmula 1 y de los jets de combate. Mide 4.730 mm de largo, 2.080 mm de ancho y apenas 1.100 mm de alto.
Delage D12: Diseño y motorización
La cabina luce un aspecto muy futurista, con dos plazas puestas una detrás de la otra y a la que se accede a través de una cubierta que cubre todo el habitáculo y que se abre por arriba, tal como sucede en un jet.
Si nos centramos en el detalle, el diseño del D12 está fuertemente influenciado por el trabajo aerodinámico, al contar con un alerón frontal ancho y bajo, llantas de fibra de carbono, nariz transparente, alerón posterior con accionamiento activo y difusor de gran tamaño para sacar los aires calientes del suelo.
El motor es un V12 de 7.6 litros atmosférico de origen francés (no se mencionó quién lo produce), que desarrolla 900 CV y que está acoplado a un impulsor eléctrico que aporta otros 110 CV. La transmisión es automática y de ocho relaciones, acelera de 0 a 100 km/h en 2.8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 375 km/h. Pesa apenas 1.230 kg.
En una entrevista realizada por Paris Match, Laurent Tapie aseguró que "si el Bugatti Chiron es el auto más rápido en línea recta, el D12 lo será en un circuito", por lo que adelantó que el modelo buscará batir el récord de auto de producción más veloz en Nürburgring, registro que desde noviembre de 2018 ostenta el Porsche 911 GT2 RS con 6m40s300.
En el desarrollo del nuevo vehículo está trabajando nada más y nada menos que Jacques Villeneuve, campeón mundial 1997 de Fórmula 1. Para agregarle más mística al asunto, Tapie quiere fabricar el D12 en la antigua fábrica de Delage en Courbevoie, desde donde 2022 saldrían las primeras unidades.
El Delage D12 se ofrecerá en versiones GT y Club, siendo el segundo ligeramente menos potente y mucho más cómodo, además de incluir un sofisticado sistema de audio Focal. Su precio base será de 2 millones de euros -USD 2.600.000- y sólo se producirán 30 unidades.