Desde la instauración del Campeonato Mundial de Rally (World Rally Championship en inglés) en 1973, una cantidad enorme de pilotos y navegantes fueron parte del certamen, pero solo algunos dejaron su huella por la cantidad de victorias y campeonatos obtenidos.
Si se tuviera que elegir al mejor de los mejores, habría que debatirlo en una terna compuesta por Sébastien Ogier -seis títulos-, Sébastien Loeb -nueve-, Carlos Sainz -dos-, Tommi Mäkinen -cuatro-, Juha Kankkunen -cuatro- y Hannu Mikkola -uno-.
Es claro que si en cuanto a títulos se trata, el mejor piloto del WRC es Loeb, quien para lograr sus nueve conquistas con Citroen sumó 79 victorias y 116 podios. Sin embargo, si se lo designa en base a la opinión del público y a los periodistas especializados en el rally, las cosas cambian por completo. Muestra de ello son los resultados de la encuesta realizada por la propia categoría a través de su sitio web, en la que se le pidió a la gente que elija al piloto más sobresaliente de la historia del Mundial.
Tras un mes de votaciones, en el que la lista de pilotos se fue acortando a través de eliminatorias y gracias a los votos de 300.000 personas, se llegó a la tan esperada final, que enfrentó a Loeb y Sainz.
Del último cara a cara participaron más de 80.000 personas, quienes dieron como ganador a Sainz tras obtener 57,28% de los votos. Así, el español se coronó como el mejor piloto en la historia del WRC.
Sainz fue campeón del mundo con Toyota en 1990 y 1992 y obtuvo 26 victorias y 97 podios (casi el 50%) en las 196 pruebas que disputó. Además, en otros nueve años terminó el certamen dentro del "Top 3", lo que marca a las claras que estamos hablando de uno de los pilotos más constantes de la historia del WRC. También supo distinguirse por su dedicación a los detalles y por su preparación previa a las competencias.