Con el objetivo de medir el nivel de seguridad de los autos que se venden en Estados Unidos, todos los modelos nuevos o renovados son evaluados por el Insurance Institute for Highway Safety (IIHS), organización apoyada por las compañías de seguros y que se encarga de realizar diversos crash test, además de analizar el sistema de frenado automático y la calidad de los faros.
Una vez que los vehículos son examinados, los técnicos califican los comportamientos en relación al nivel de protección que le ofrecen a los pasajeros. En caso de que logren un gran desempeño, el IIHS los incluye dentro de la categoría "Top Safety Pick +" (Plus). En cambio, si quedó en deuda en algún aspecto, serán parte de la "Top Safety Pick".
Si bien en los últimos años aumentó de forma consistente la cantidad de vehículos que obtuvieron alguna de las dos calificaciones, hay otros cuyos desempeños en las pruebas de choque fueron pobres, principalmente pick-ups y algunos SUVs.
La máquina que recientemente quedó en deuda en las evaluaciones del IIHS fue el nuevo Jeep Wrangler de cuatro puertas, cuya actuación en la prueba de choque frontal de pequeña superposición del lado del conductor fue "marginal".
El ensayo en el que la Wrangler falló es el más importante de los cinco que se realizan, ya que el impacto de solo el 25% de la parte delantera, del lado del conductor y a 65 km/h imita lo que sucede cuando la esquina delantera izquierda de un vehículo choca con otro o con un obstáculo como un árbol o un poste.
En total, el Wrangler fue evaluado en tres pruebas similares: una hecha por Fiat Chrysler Automobiles (FCA) como parte de los ensayos que realiza la propia compañía, y dos en el Centro de Investigación de Vehículos del IIHS. En estas últimas la SUV perdió estabilidad tras chocar contra una barrera de contención y terminó volcado del lado del acompañante.
Así quedó la Wrangler tras los vuelcos
Si bien el modelo funcionó bien con las métricas normales, ya que el espacio del conductor se mantuvo sin mayores cambios y el movimiento del maniquí estuvo bien controlado, el vuelco parcial presenta un riesgo adicional de lesiones, que va más allá de lo que se pretende medir con los criterios estándar. Este resultado no es aceptable para un choque frontal, por lo que la calificación general de la Wrangler fue "marginal", aún cuando obtuvo la calificación más alta en los crash test de impacto frontal pequeño del lado del acompañante, impacto frontal moderado, impacto lateral, resistencia del techo y apoyacabezas.
Todo vuelco es especialmente peligroso, en parte debido al riesgo de expulsión total o parcial de los ocupantes del vehículo. Esto se maximiza en la Wrangler, que cuenta con un techo y puertas removibles. Además, carece de airbags laterales tipo cortina, diseñadas para desplegarse en un vuelco y mantener a los ocupantes adentro. De todas maneras, vale mencionar que la normativa estadounidense no exige que la SUV tenga bolsas de aire laterales, debido a su techo desmontable.
FCA cuestionó el primer resultado, por lo que se hizo una segunda prueba
El IIHS probó con la Wrangler tras haberla elegido para que sea parte del programa de verificación que lleva adelante. En una de las pruebas de auditoría fue donde se produjo el vuelco del modelo, y es allí a donde FCA lanzó sus críticas, ya que en su ensayo el vehículo no había sufrido dicho inconveniente. Tal es así que el conglomerado criticó la metodología empleada por el IIHS para enganchar a la SUV al sistema de propulsión. Por tal motivo, la organización sin fines de lucro acordó realizar una segunda prueba utilizando un método diferente, aprobado por FCA. Sin embargo, y como ya sabemos, el nuevo ensayo también terminó con el vehículo volcado...
El Jeep Wrangler vuelca en las pruebas de seguridad del IIHS