En el medio de la incertidumbre económica generada por el Coronavirus, Renault decidió cancelar su alianza con Dongfeng. La marca francesa, que junto a la china llevaba adelante desde 2013 la llamada "Dongfeng Renault Automotive Company", admitió que el vínculo no le venía dando buenos dividendos o al menos los esperados, lo que hizo que en el actual contexto sea causa suficiente para darlo por finalizado. Así, la firma del Rombo centrará esfuerzos en donde supone tiene mayor potencial para crecer y posicionarse.
Un detalle que resultó clave en esta operación fue que Dongfeng fabricaba los autos de Renault en Wuhan, zona donde se originó el Coronavirus. Esta pandemia y todas las medidas para erradicarla hicieron mella en el negocio de la compañía francesa, que perdió terreno en un mercado que de por sí le es difícil de penetrar.
En concreto, Renault venderá su parte a Dongfeng (el 50%, sin precios acordados) y terminará por completo todas las actividades relacionadas a sus vehículos de pasajeros. Claro que seguirán prestando servicios de postventa y manteniendo algunas licencias con el fabricante asiático (motores Diésel y algunos componentes vía Nissan, los otros socios de Dongfeng), pero solo eso. Por lo tanto, Dongfeng dejará de fabricar el Kadjar, el Koleos, el Captur y el City K-ZE para el mercado chino.
De esta manera, la marca europea perdió una de las tres alianzas que tenía en China. Aparentemente, las establecidas con Brilliance/Jinbei (con quienes tiene acuerdos para vehículos comerciales livianos) y con Jiangling Motors Corporation Group (para la fabricación de autos eléctricos) se mantienen.
Renault es la segunda automotriz extranjera en salir del mercado chino, tras lo acontecido con Suzuki en 2018, cuando optó por potenciar sus planes en una región donde le va muy bien hace muchos años: India.