A diferencia de otro tipo de industrias, donde un mismo producto se puede vender globalmente, la automotriz involucra una serie de desafíos, ya que los usuarios de cada país tienen diferentes preferencias sobre los autos a adquirir.
¿A qué se debe esta situación? En primer lugar, las condiciones de cada país son muy diferentes debido a su geografía, cantidad de habitantes y situación económica. Por ejemplo, en regiones escasamente pobladas como el interior de Australia, la gente compra autos muy distintos que en ciudades congestionadas como París o Tokio.
Además, los impuestos que imponen los gobiernos locales también influyen en el mercado, así como los precios del combustible. Ligado a esto, hay una razón que influye en el estilo de vehículos que predominan en un país: la cultura. Esto hace que cierto tipo de auto sea visto como normal y típico.
Todo esto hace que los fabricantes de autos, principalmente los de volumen, tengan que desarrollar y producir modelos específicos para ciertas regiones o países, y de esta manera satisfacer los deseos y necesidades de los clientes.
Estados Unidos - El tamaño importa
Debido al extenso territorio yankee, los precios bajos de la nafta y la tradición por las pick-up, en Estados Unidos los vehículos de tamaño grande son los preferidos. Basta decir que el modelo más vendido durante casi 40 años, el Ford F-150, mide casi seis metros de largo y dos de ancho.
Aunque pareciera que solo abundan en los campos, pueblos o localidades pequeñas, las pick-up dominan las autopistas y calles de las grandes ciudades, sin importar si son compactas, medianas o Full-Size.
Japón - Los vehículos son auténticos bonsái
A diferencia de Estados Unidos, en Japón el mercado tiene una gran preferencia por los autos pequeños, mejor conocidos como "Kei car". Aunque pareciera que esta predilección sea por el exceso de población, su origen se remonta a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial: en el afán de hacer funcionar la economía, se desarrollaron autos diminutos de bajo costo, para que sean comprados por gente sin muchos recursos.
Hasta hoy, los autos Kei dominan el mercado japonés. Tan solo en 2019 se contabilizaron en las calles del país asiático más de 33 millones de autos pequeños. Asimismo, el 90% de ellos cuentan con transmisión automática, algo que también ya es parte del estándar cultural japonés.
Con una longitud máxima de 3.400 mm, un ancho de 1.500 mm y un motor de 660 cc, estos vehículos son auténticos bonsái, aunque por dentro no son de ninguna manera inferiores a un sedán de lujo: en particular, a los jóvenes japoneses les gustan los sistemas de seguridad sofisticados, como las cámaras de 360º o los sistemas multimedia.
Además de ser una tradición, la popularidad de los "Kei car" se debe a razones muy prácticas: bajos impuestos, peajes, tarifas y registro de estacionamiento, incluso en megaciudades.
Fuera de su país de origen, estos autos no juegan ningún papel, ya que sus prestaciones son limitadas para otro tipo de terrenos montañosos , además de que poseen el volante a la derecha.
China - Espacio y confort
Los "Kei car" no tienen ninguna oportunidad en el mercado automotriz más grande del mundo. ¿Por qué? Porque los compradores chinos, al igual que los estadounidenses, tienen una debilidad por el tamaño, pero sobre todo por la longitud. Es por eso que los fabricantes con presencia en China ofrecen una gran cantidad de versiones largas, especialmente en el segmento premium. Por ejemplo, un Mercedes-Benz Clase E es 14 centímetros más largo que el que se vende en EE.UU. o Europa.
El incremento en la carrocería permite que los vehículos dispongan de más espacio interior, principalmente para las piernas de los pasajeros, tanto de los que van en la parte delantera como en la posterior.
Además de buscar el máximo espacio en el habitáculo, los chinos disfrutan de una infaltable iluminación de colores, un espacio para la caja de pañuelos, un aromatizante y un lugar dedicado a los amuletos para la buena suerte. También resultan indispensables las pantallas táctiles ubicadas en la zona traera.