Junto al Beetle/Escarabajo, Volkswagen tiene un modelo que es igual de emblemático: la Bulli (por la contracción alemana de las palabras Bus y Lieferwagen -van-), más conocida en Argentina como Kombi.
Ya sea por la cantidad de modelos vendidos, por su diseño o por sus siete décadas de vida, esta camioneta es reconocida sin importar su generación. Sin dudas, es un ícono,no solo de la marca alemana, sino de toda la historia automotriz.
Desde su nacimiento, acontecido en 1950 en la planta de Wolfsburgo, Alemania, la Kombi siempre conservó su estilo, característica fiel a la costumbre de la marca. No por nada a lo largo de sus seis generaciones acumuló más de 13 millones de unidades vendidas.
Creado en paralelo con el Escarabajo, el utilitario fue diseñado para servir a la creciente economía europea que se recuperaba de la Segunda Guerra Mundial. Con el fin de cumplir con las exigencias de un vehículo más grande con capacidades de carga o de pasajeros, la Kombi llegó al mercado como una camioneta compacta, pero con grandes capacidades.
Evidentemente, esta solución de maximizar el espacio provino del estilo de la carrocería y la ubicación trasera del motor, el mismo boxer del Beetle. Aunque la configuración del impulsor cambió con el paso del tiempo, su peculiar diseño exterior logró mantenerse.
T1: Primera generación (1950 a 1967)
En noviembre de 1949, Volkswagen presentó el prototipo de una camioneta que se asemejaba a un vehículo comercial. Se le ocurrió el nombre de Bully, que no pudo utilizar debido a que otra compañía ya tenía los derechos de esa nomenclatura. La solución se encontró cambiándolo a Bulli, denominación no oficial de la combi. ¿Por qué no oficial? Porque VW tardó más de medio siglo en adquirir todos los derechos comerciales del nombre, algo que recién pudo hacer en 2007.
Además de su estilo, este vehículo resultó un éxito por su gran capacidad de carga de 750 kilos, a pesar de que su carrocería no era tan grande.
Otra de las grandes atracciones que tenía era que se ofrecía como vehículo cerrado de carga o como una camioneta para ocho pasajeros. Esta última variante se presentaba con el parabrisas dividido, ventanas de techo separadas y un techo corredizo.
En 1956, la producción se trasladó a una nueva planta en Hannover para satisfacer la demanda cada vez mayor. Un año después, la producción también fue llevada a Brasil. Antes de la llegada de la segunda generación, Volkswagen ya había vendido 1.9 millones de unidades.
T2: Segunda generación (1967 a 1979)
Es un hecho que la popularidad de la Kombi creció súbitamente en la década del setenta, cuando se convirtió en el símbolo de la cultura hippie. Dicha fama llegó gracias que uno de sus dueños mandó a decorar una Type 2 con un estilo psicodélico, con la idea de ser exhibida en el Festival de Woodstock de 1969. La van terminó dando la vuelta al mundo al ser fotografiada por Associated Press.
En cuanto al vehículo en sí, y como parte de su renovación, esta segunda generación contó con un rediseño de la carrocería, que, si bien conservaba el estilo, se destacó por la aparición de una puerta corrediza para acceder a la parte posterior. Además, surgió una versión con techo reclinable, que se convirtió en la opción ideal para los viajeros.
Durante este capítulo, la planta de Hannover produjo más de dos millones de vehículos.
T3: Tercera generación (1979 a 1992)
Además del cambió en el diseño, la tercera generación del Volkswagen Transporter obtuvo una serie de tecnologías para aumentar su confort, desempeño y seguridad.
Si nos centramos en el rendimiento, la combi brindó la opción de elegir una motorización Diésel, mientras que se mejoró la estabilidad gracias a la construcción de un chasis más rígido.
Cuando el último T3 cruzó la línea de producción en la fábrica de Hannover, Volkswagen había vendido más de 1.4 millones de unidades.
T4: Cuarta generación (1990 a 2003)
A otro cambio de diseño, la evolución de la van sumó un nuevo motor, un sistema de suspensión trasero independiente y una caja de cambios más moderna. Además, la parte delantera del T4 se alargó para dejar espacio suficiente para los motores transversales de cuatro y cinco cilindros, lo que proporcionó mejores niveles de seguridad pasiva. Asimismo, Volkswagen ofreció por primera vez el Transporter con dos distancias entre ejes diferentes.
Cuando la cuarta generación se retiró, en 2003, se habían vendido 1.9 millones de unidades.
T5: Quinta generación (2003 a 2015)
Con la quinta generación, el Transporter mantuvo el estilo de su predecesor. Sin embargo, la carrocería más ancha y más distintiva le dio una apariencia mucho más dinámica. Al mismo tiempo, su nueva estética se combinó perfectamente con los altos niveles de practicidad y usabilidad.
En el interior la evolución también fue significativa, al mejorar sustancialmente la ergonomía. Particularmente para el conductor, ya que pasó a contar con un volante con ajuste de altura y profundidad, así como con una nueva caja de cambios en la consola central.
Otras novedades fueron la aparición de la puerta corrediza en ambos lados de la carrocería y la capacidad de correr el asiento del pasajero al centro del vehículo por medio de rieles.
Durante este proceso, los principales modelos producidos en la sede (de Hannover-Stocken) se transfirieron a una nueva instalación de producción especial, ubicada en el distrito Limmer de Hannover.
Para 2015, alrededor de 1.65 millones de T5 habían salido de la línea de montaje.
T6: Sexta generación (2015 a 2019 y T6.1 de 2019)
Con la llegada del T6, el Transporter obtuvo nueva imagen, motores más potentes y eficientes, así como un interior completamente tecnológico. Esto último se pudo apreciar en el cuadro de instrumentos y en la pantalla multimedia.
El futuro
Como parte de la conversión a la movilidad eléctrica, Volkswagen se está preparando para llegada de una Kombi totalmente nueva en 2022.