La pregunta nunca fue si sucedería o no, más bien siempre se trató de cuando. El Chevrolet Corvette eventualmente tendría que evolucionar hacia una arquitectura de motor central, y el momento es ahora, con la llegada de la octava generación.
Ya en su momento anticipábamos que el Chevrolet Corvette ZR1 C7, podía llegar a ser el pináculo de evolución para el deportivo con motor al frente y que el siguiente paso, forzosamente era el radical cambio hacia la arquitectura de motor central.
El nuevo Chevrolet Corvette representa una revolución para el deportivo americano por excelencia, sin embargo, la idea de un Vette de motor central siempre estuvo en la cabeza de uno de los padres del Corvette, el ingeniero belga Zora Arkus-Duntov. En los 60´s debutó el CERV I (Chevrolet Engineering Research Vehicle), aquel vehículo de desarrollo ya empleaba construcción de aluminio y un V8 Small Block, ambos, elementos que vemos en este nuevo Corvette C8.
El más reciente estudio de tener un deportivo de motor central por parte de Chevrolet, llegó con el CERV III en los 90s. Su diseño era espectacular, y ya incorporaba un sistema de suspensión adapativo y su V8 de 5.7 litros era biturbo y entregaba 650 CV, así como 888 Nm de torque.
La octava generación
La utilización de una arquitectura de motor central trasero le permite al Corvette mejorar algunos aspectos críticos para un auto deportiv. Para empezar, aunque el motor ya estaba en posición central, el estar adelante alejaba mucho al conductor de la dirección, haciéndola menos precisa y rápida, ahora los niveles de rigidez estructural que se pueden lograr son superiores y la distribución de pesos también es mejor. Asimismo, ahora el conductor va sentado prácticamente arriba del centro de gravedad del auto, con lo cual se crea un efecto de que el vehículo gira alrededor del piloto, entregando mejor sensación de control en altas velocidades.
El chasis de aluminio tiene como columna vertebral el túnel de la transmisión, mismo que es extremadamente robusto, esto permitió aumentar la rigidez estructural, y al mismo tiempo mantener el característico techo desmontable.
Corazón de V8
El motor es un nuevo V8 de 6.2 litros denominado LT2 de aspiración natural que entrega 495 CV y 637 Nm de torque cuando se trata del paquete Performance Z51 (490 CV en configuración estándar), esta mecánica fue desarrollada para entregar mucho par en baja rotación y mantener los niveles de respuesta sin importar el régimen de giro.
La transmisión desarrollada en México por TREMEC, también representa un hito para el nuevo Chevrolet Corvette Stingray Ahora es de doble embrague y ocho velocidades, que promete cambios a velocidades relámpago, sin dejar de entregar los niveles de confort y refinamiento que todo auto norteamericano debe entregar en condiciones de manejo citadino.
Regresando al paquete Z51, éste adiciona un sistema de frenos más grandes, así como diferencial de derrape limitado. Y cuando se equipa, el Corvette Stingray C8 es capaz de hacer un 0-60 mph (96 km/h) en menos de 3 segundos.
Por su parte, la suspensión es una nueva generación de la adaptativa magnética que dicho sea de paso debutó a nivel mundial en un Corvette. Se trata de la Magnetic Ride Control 4.0 que es capaz de leer mejor el camino gracias a unos nuevos acelerómetros montados en cada amortiguador. Asimismo, su electrónica mejorada le permite reaccionar más rápido.
Por otra parte, la suspensión se puede elevar 40 mm cuando es necesario, (como al entrar a una rampa) y el vehículo es capaz de guardar a través del GPS la ubicación en donde el conductor eligió elevar la suspensión, para que la siguiente vez que circule por ahí, el vehículo se eleve de forma automática. Mas impresionante aun, es que es capaz de guardar hasta 1.000 ubicaciones y accionar este sistema a velocidades de hasta 38 km/h.
Diseño agresivo y funcional
Para algunos, este nuevo Chevrolet Corvette Stingray quedó demasiado parecido a una Ferrari, y quizá con un vistazo muy superficial, esto pueda parecer así. Sin embargo, cuando analizamos los trazos con detenimiento, encontramos guiños y elementos visuales típicos de los Corvette.
Mantiene esa inspiración en la aeronáutica, con perfiles marcados y angulosos (Las Ferrari tienden a optar por formas suaves y orgánicas), el perfil ahora es más delgado, pero sin dejar de lucir ser muy atlético. Hay mucha atención al detalle, y se nota en aspectos como las manijas ocultas para no afectar los trazos limpios de los costados, o bien en la forma en que están integradas las tomas de aire, splitters y alerones. Atrás, los focos dobles están presentes, aunque bastante más estilizados que antes, con algun que otro parecido a los que lleva el Camaro.
Un detalle interesante es que no solo cuenta con una zona de carga frontal suficiente para una valija tipo carry-on y una mochila, sino que atrás tiene otro lugar que permite acomodar el techo cuando lo desmontás, o bien, dos bolsas de palos de golf. En conjunto, ambos espacios ofrecen una capacidad de 357 litros.
El interior también representa un salto superior, el diseño, materiales y propuesta lo ubican en un nivel completamente nuevo, uno al que ningún otro Corvette había podido acceder. Visualmente es impactante, pero también lo es la atención al detalle y la combinación de texturas que logran una experiencia, por lo menos en una primera impresión, sorprendentemente buena.
Hay una marcada orientación hacia el conductor, con formas envolventes que buscan transmitir una sensación de que se viaja en un jet de combate, sin embargo, es sustancialmente más amplio que antes. El volante ahora tiene un formato casi cuadrado, y detrás de él se encuentra un panel de instrumentos digital de 12”, mientras que más al costado está la pantalla de infoentretenimiento, desde donde se pueden controlar las diferentes funciones del vehículo.
El sistema de audio estándar es un Bose Premium de 10 parlantes, aunque también está disponible un Bose Performance System de 14 parlantes que promete fidelidad y calidad del más alto nivel.
Por su parte, el Performance Data Recorder también evoluciona, ahora aportará mayor información específica de los circuitos, mientras que la telemetría es más completa que antes y la grabaciones son en alta definición.
¿Cuándo se lanza?
Las ventas en Estados Unidos comenzarán a principios del año que viene y al parecer, no habrá que esperar demasiado para tenerlo en otros mercados. Sería muy llamativo que Chevrolet abriera la oportunidad de traerlos a pedido desde Argentina, pero es muy pronto para confirmarlo. Soñar no cuesta nada, pero comprarlo sí. Para el mercado norteamericano, el precio inicial se ubicará por debajo de los USD 60.000, una verdadera ganga si consideramos que ahora es de motor central y los tiempos en el 0-60 mph que acaba de anunciar. Para poner en contexto, es el mismo nivel de precio de un Ford Shelby Mustang GT350. Incluso la variante tope de gama del nuevo Toyota Supra está ligeramente arriba de los 55 mil dólares. Si quisieras compararlo con otro deportivo de motor central, quizá los primeros en la lista serían: el Honda NSX que tiene un precio cercano a los 160 mil dólares, así como un 0-60 ligeramente debajo de los 3 segundos y el otro, el Audi R8 que en su configuración base tiene 532 CV y un precio inicial de 140 mil dólares.
Por otro lado, ¿te parecen pocos 495 CV para el nuevo Corvette Stingray 2020, sobre todo considerando que el nuevo Ford Mustang Shelby GT500 tiene 760 CV? Bueno, para ponerlo en perspectiva, este nuevo Corvette hace el 0a100 en 3 segundos, mientras que el brutal pony car de Ford necesita 3.5 segundos.
Falta manejarlo para poder formarnos una opinión, pero en el papel, el Chevrolet Corvette Stingray de 8va generación no solo representa una revolución para el modelo y la marca, sino para la industria en general.