La nueva apuesta de Renault en el segmento toma el nombre del concept presentado en el 2011 (ver Noticia Relacionada) y la plataforma del recientemente presentado Clio IV para competirle a la ya establecida y ahora renovada Ford EcoSport.
Laurens Van den Acker, responsable del diseño del Captur, dotó a este modelo de 4.120 mm. de longitud con un parabrisas adelantado e inclinado que contribuye a dinamizar la línea. Las novedades con respecto al Clio son las manijas de las puertas traseras expuestas, una tercera ventana, un mayor despeje y una pintura diferenciada en el techo y la carrocería.
Según Benoît Bochard, Director de Gama Producto de los segmentos A y B, el “Renault Captur es un crossover compacto dotado de un fuerte sentido práctico. Se trata de un modelo que lleva los genes de Renault, un auténtico crossover que revoluciona la movilidad del día a día”.
El interior del habitáculo es bien colorido, con la posibilidad de personalizarlo a través de varios colores y materiales específicos.
Con respecto al equipamiento, el Renault Captur cuenta con una tarjeta Renault manos libres, ayuda al arranque en subida (Hill Start Assist), cámara y radar de marcha atrás y el sistema Renault R-Link, una tablet táctil multimedia integrada y conectada, que se completa con un sistema audio de 6 altavoces, Bluetooth® y audio-streaming Arkamys®.
Sin mayores precisiones sobre sus motorizaciones, se sabe que contará con versiones nafteras y Diésel, con emisiones de CO2 a partir de los 96 g de CO2/km.
El Captur será producido en la fábrica de la marca en Valladolid, España y será develado durante el Salón del automóvil de Ginebra el próximo mes de marzo.
Todavía no sabemos si llegará a la Argentina, pero todo apunta a que correremos la misma suerte que con el Clio IV europeo, ya que en nuestro mercado este espacio es ocupado por la Duster, que en el viejo continente se vende bajo el estandarte low-cost de Dacia. Quizás en un futuro contemos con un restyling de la Duster, con alguna que otra filosofía de diseño heredada de los vehículos de vanguardia del rombo, tal como pasó con el sudamericano Clio Mío.