Test drive

Ford Mustang Shelby GT500 2013 a prueba

El Muscle Car en su estado máximo de perfección.

Ford Mustang Shelby GT500 2013 a prueba

Antecedentes

 

La llegada del Ford Shelby GT500 2013 es por muchos aspectos de mucha importancia. Ante todo, se trata del último vehículo que lleva el nombre de la leyenda Carroll Shelby, desarrollado cuando éste aún vivía, y aunque ciertamente él no participó activamente en el desarrollo de este vehículo, el mundo lo recordará como su última creación. Y como no podía ser de otra manera, tenía que ser un Mustang.

Adicionalmente, se cumplen 20 años de la creación de la división Special Vehicle Team (SVT) que en 1992, en el marco del Salón de Chicago, debutó presentando los modelos SVT Mustang Cobra y la SVT F-150 Lightning. En realidad SVT es la responsable de haber creado este Ford Shelby GT 500, el muscle car más impresionante jamás fabricado, aún cuando existe el Chevrolet Camaro ZL1.

Si lo anterior no fuera suficiente, este nuevo deportivo ostenta otra credencial que lo hace todavía más célebre y se trata del monstruoso corazón que vive bajo su capot. El V8 de producción en serie más potente del mundo, un bloque de 5.8 litros sobrealimentado que eroga la friolera de 662 CV.

Autocosmos.com tuvo la oportunidad de subirse a este potro salvaje y te contamos en exclusiva como se siente domarlo.

 

Características técnicas y mecánicas

Como mencionábamos anteriormente,  bajo el capot habita un bestial V8 de aluminio con 5.8 litros de desplazamiento que gracias a la presencia de un compresor e intercooler entrega la bestial cifra de 662 CV y 855 Nm, acoplado a una transmisión provista por Tremec que fue reforzada para soportar el incremento de torque.

Para lograr el incremento de potencia, además de aumentar el desplazamiento (antes era de 5.4 litros), se ha incorporado un compresor mecánico totalmente nuevo, más grande y que ha sido desarrollado específicamente para este motor. El sistema de enfriamiento también ha sido optimizado por completo, por ejemplo el Intercooler es más eficiente y más grande, por mencionar uno de los componentes.

El sistema de frenos firmado por Brembo también ha mejorado, las pinzas de seis pistones adelante esconden unos discos de 15 pulgadas, mientras que los de atrás son de 13.8. Por otra parte, el nuevo Shelby GT500 sustituye el antiguo cardán de acero de dos piezas por uno nuevo de una sola totalmente fabricado en fibra de carbono que no solo ahorra peso, sino que de paso reduce ruido y vibraciones.

 

Exterior

No es necesario ser un experto para notar las diferencias entre el Shelby GT500 2013 y los Mustang comunes, la agresiva parte frontal es lo más llamativo y denota inmediatamente el enfoque deportivo del vehículo. Para proveer de todo el aire necesario, los ingenieros de SVT han eliminado la parrilla, ubicando en su lugar unas inmensas tomas de aire que también crean un flujo aerodinámico que le confiere mayor estabilidad al eje delantero. Para completar el aspecto amenazante del frente se incorporan ahora un par de luces horizontales de LEDs.

La parte posterior también recibe cambios, además del alerón tipo Gurney que genera todo el downforce necesario, ahora entre las luces ostenta un acabado negro que sirve de fondo para el enorme emblema de la cobra.

 

Interior

En el habitáculo destacan los asientos Recaro forrados en cuero negro con un par de franjas blancas que ofrecen excelente nivel de sujeción lateral pero sin sofocar a los ocupantes. El volante, también forrado en su mayoría en cuero, incorpora unos insertos de alcántara en los costados para ofrecer mejor grip.

En el brazo izquierdo del volante se encuentra un control de cinco vías que permite manipular las funciones de una nueva herramienta denominada por Ford como Track Apps y que despliega toda la información relativa al desempeño del vehículo a través de una pantalla LCD ubicada entre tacómetro y velocímetro.

Dentro de las prestaciones de Track Apps, el conductor puede definir los parámetros del Launch Control y control de tracción, o conocer los tiempos obtenidos: en circuito, aceleraciones de 0-100 km/h, octavo de milla y cuarto de milla, entre otros, así como distancias de frenado y gracias a un acelerómetro, también las fuerzas G.

Evidentemente está presente el sistema SYNC de info–entretenimiento activado por voz que permite operar el potente equipo de audio denominado Shaker que de serie equipa 8 parlantes, pero que manera opcional puede equipar un más.

Adicionalmente han sido colocados algunos emblemas que avisan que este año se cumplen veinte del nacimiento de SVT.

 

Manejo

Detrás del volante, no podemos definir de otra manera al Shelby GT500 2013 más que como el nirvana de los Muscle Cars, la suspensión es ligeramente más cómoda que la de su predecesor, aunque sigue siendo bastante rígida y transmite con absoluta fidelidad las imperfecciones del asfalto. La dirección también ofrece un modo de Confort que la hace fácil de manipular en el tránsito de la ciudad, aunque en el modo Sport es más rápida y firme como cabe esperar en maniobras deportivas. Lo anterior hace ligeramente más llevaderos los trayectos citadinos.

El pedal del embrague es bastante duro, quizá demasiado y cansa muchísimo cuando nos toca rodar por zonas de tránsito intenso. Pero en cambio deja saber perfectamente el punto de corte cuando es necesario cambiar a toda velocidad. Asimismo, la transmisión es de tiros cortos y algo imprecisos, su accionamiento se siente muy mecánico y demanda algo de esfuerzo, manteniendo ese feeling al que el Shelby nos tiene acostumbrados. Un detalle agradable es la presencia del asistente de arranque en pendientes, muy útil sin duda.

La experiencia de conducir este Shelby es impactante desde el momento en que giramos la llave, el rugido del V8 es fuerte y grave, anunciando que los 662 CV están disponibles a cualquier insinuación de nuestro pie derecho.  Es necesario aprender a dosificar la tremenda fuerza que el motor es capaz de entregar, ya que con oprimir de más el pedal, el control de tracción enloquece y las ruedas pierden agarre. Esto es algo que sucede no importando si tenemos engranda primera, segunda o tercera, aún así no pasa de un ligero deslizamiento de las ruedas que luego es controlado por la electrónica. Hay tanto torque disponible desde cualquier régimen que incluso pareciera que la 1° está de sobra, el Shelby GT500 puede arrancar desde parado en segunda sin ningún problema, dejando la primera relación para aquellos momentos en que queremos arrancar con la misma violencia que el transbordador espacial despega de la tierra.

La línea roja se encuentra en las 6.250 rpm, sin embargo se puede sobre revolucionar hasta las 7 mil durante un lapso de 8 segundos para extender el tiempo disponible para efectuar un cambio y así obtener mejores aceleraciones tanto en el 0 – 100 km/h como en el cuarto de milla. Conforme incrementamos la velocidad, el adictivo sonido del motor se va fusionando con el agudo silbido del cargador provocando descargas de adrenalina que resultan difíciles de describir.

Pese a mantener la geometría de suspensión trasera de eje rígido, el Ford Shelby GT500 ofrece un desempeño en curvas bastante bueno e incluso podemos decir que el eje trasero se descoloca con facilidad, no tanto por este motivo, sino por el tremendo poder del motor. De cualquier manera es importante aclarar que al límite esta situación siempre será un elemento a tener en cuenta si se quiere rodar rápido en rutas sinuosas o en pista. Este Shelby demanda manos experimentadas si se le quiere sacar el máximo provecho.

No queda claro si este nuevo Shelby GT500 2013 es capaz de poner en el asfalto de manera eficiente los 662 CV de su monstruoso y sediento V8, incluso podríamos suponer que si tuviera 60 o 70 caballos menos sería igual de rápido, pero de lo que no nos deja la menor duda es de su capacidad para divertir al conductor y del grado de perfección que ha alcanzado sin dejar de ser un Mustang, con todas las virtudes y defectos que ello implica.

Aunque seguramente el comprador de este vehículo será plenamente consciente de ello, es importante resaltar que el consumo de combustible puede llegar a ser abominable si nos domina la necesidad de pisar a fondo el acelerador, tanto como para desequilibrar las finanzas de un país pequeño que no sea productor de petróleo, aún así según Ford el Shelby se las arreglará para evitar el impuesto de EE.UU. conocido como Gaz-guzzler y que se aplica a los autos con un consumo que raya en lo obsceno. Las cifras del Shelby GT500 proyectadas para las mediciones de la EPA son 6.38 km/l en ciudad y 10.2 km/l en ruta.

 

Conclusión

Es muy cierto que hay autos más rápidos y eficientes en pista, más exóticos, o también los hay de reacciones más nobles y predecibles, pero no hay ninguno que entregue tanto poder y diversión por el precio del Ford Shelby GT500. Este vehículo ha alcanzado el grado máximo de evolución y perfección al que un Muscle Car puede aspirar, es el mejor exponente de su raza y por lo tanto un ejemplar que todo fanático de los automóviles debiera buscar para su colección. Asimismo plantea un gran problema para Ford y los ingenieros de SVT para su siguiente generación. ¿Cómo mejorarlo sin que abandone las características que lo hacen tan especial, sin que deje de ser un típico Muscle Car y obviamente sin que deje de ser un Mustang?