Test drive

Peugeot 207 Compact HDi a prueba

Probamos como le sientan la nueva motorización 1.4 HDi y otras novedades al compacto francés.

Peugeot 207 Compact HDi a prueba

Antecedentes

Desde principios de año la gama 207 Compact viene recibiendo una batería de novedades, entre las que se encuentran el nuevo estéreo con conexión USB, Aux y Bluetooth, diferentes terminaciones interiores y sensores de estacionamiento, entre otros.

El principal cambio que atenderemos hoy respecta al motor diesel, que sigue siendo un HDi, es decir common rail con turbo, pero pasó del conocido 2.0L de 90 CV al también conocido 1.4L de 70 CV. Extrañamente no es el mismo impulsor 1.6L 16V con 90 CV que se destaca en la gama Partner, sino el utilizado en anteriores encarnaciones del Citroën C3, seguramente debido a la proximidad entre las plataformas de ambos compactos franceses.

Versión probada: 207 Compact 5P 1.4 Hdi XT: $92.000

Ficha técnica y de Equipamiento completa ver links al pié de la nota.

 

Estética

El Peugeot 206 supo ser referente de su segmento, pero con el tiempo fue sumando competidores de nueva generación. Debido al costo de producir la plataforma del 207 europeo en el Mercosur, la marca decidió hacerle un upgrade al 206, sumándole sus nuevos rasgos, al que definió como 207 Compact para señalar la diferencia con el modelo importado del Viejo Continente.

Este upgrade se aprecia en el frente, con faros más afilados, hocico y gran parrilla única. En los laterales se alteraron los perfiles de los guardabarros gracias a los nuevos paragolpes. El resto de la carrocería no sufrió cambios y un grupo de luces posteriores con formato diferente hubiera sido ideal.

 

Interior

En el interior cambió la parte superior del tablero, que luce una estética casi idéntica a la del 207 europeo. Si bien se mejoró la textura de las superficies, teniendo en cuenta que el Compact apunta a la parte alta del segmento compacto, no le vendría mal un recubrimiento en plástico inyectado de tacto más esponjoso. Sí se luce muy bien el cuadro de instrumentos con grandes marcos cromados y fondo blanco, los decorados metalizados, la presencia de tela en las contrapuertas y el pomo de palanca de cambios en aluminio auténtico. Remata el gran techo corredizo de cristal.

Entre las novedades se encuentra el estéreo con conectividad completa, incluyendo entrada USB, Aux, colocadas cerca del freno de mano, y Bluetooth, con audio streaming que permite reproducir música en forma inalámbrica desde el celular, por ejemplo. Respecto del resto, la ergonomía tiene las típicas particularidades francesas: los levanta cristales, el regulador de los retrovisores y el cierre central están en la consola central. El climatizador automático libera de toda atención al conductor y el estéreo se maneja desde es volante.

 

En marcha

Apenas arrancado, el motor es audiblemente diesel y va afinando su garganta a medida que toma temperatura. En marcha conviene subir de cambio por encima de las 2.000 rpm, ya que, si el tacómetro cae por debajo de los 1.500 giros, pierde casi todo el empuje. La cara más complicada de esto es en el tránsito cuando se desacelera por debajo de los 20 km/h y se quiere retomar velocidad. En 2° el motor necesita unos instantes para que el turbo tome velocidad y entregue su empuje, pero bajar a 1° implica que se frene. Por lo demás, se desplaza tranquilamente y se puede mover a bajas rpm en avenidas, cuando las velocidades son constantes.

El tacómetro puede estirarse hasta las 5.000 vueltas, aunque no tiene mucho sentido pasar las 3.000 rpm aprovechando los 160 Nm disponible a bajos giros. Hundiendo el acelerador en caminos abiertos se nota la diferencia respecto del anterior 2.0 HDi con mucho más torque; por otra parte a 130 km/h (126 km/h reales) necesita 3.000 rpm para moverse, manteniendo la cabina bastante separada de los ruidos mecánicos.

La posición de manejo es el aspecto más complicado del 207 Compact. Siguiendo los clásicos mandamientos franceses, el asiento es corto, la pedalera está muy cercana y el volante lejano, careciendo de regulación en profundidad. En el lado positivo se encuentra el formato anatómico del timón, su regulación en altura, el buen tacto de la dirección y la correcta contención lateral de las butacas. La palanca de cambios tiene recorridos longitudinales largos y el tacto de los tres pedales es bueno. Los espejos son muy pequeños, algo que estacionando es compensado por los sensores de estacionamiento.

El confort de marcha es bueno, especialmente se tiene en cuenta que en ruta se desplaza con gran estabilidad, marcando un buen compromiso entre ambas necesidades. En curvas dobla bien, con franqueza y el torque no es tan fuerte como para romper la tracción si se acelera vehementemente en pleno viraje. Frena establemente en recta, en la versión probada tiene asistencia de ABS sería mejor contar discos en el tren posterior y en caso un stop de emergencia se agradece que encienda las balizas para alertar que se está ante una situación compleja.

 

Conclusión

El renovado 207 Compact sigue siendo el mismo auto de siempre con sutiles mejoras entre las que se encuentra el nuevo estéreo con conectividad completa. Teniendo en cuenta que ataca la parte alta de su segmento, así lo indica su precio, debería dar un salto en calidad en la cabina, mientras que el equipamiento es muy bueno, incluyendo climatizador automático y techo panorámico.

En cuanto a la mecánica, el nuevo 1.4L HDi pierde en potencia y torque respecto de su antecesor 2.0L, pero gana en consumo, peso y rumorosidad, disminuyendo emisones contaminantes. Además, es una de las pocas opciones diesel que quedan en el mundo de los compactos. Los que hagan grandes recorridos, especialmente en ruta, notarán la diferencia en sus bolsillos.