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Mini Cabrio 2009: Conócelo en detalle

<br /> A 50 años del MINI original

Mini Cabrio 2009: Conócelo en detalle

Hace unos días MINI cumplió 50 años, momento propicio para conocer su más reciente novedad; la versión descapotable, considerado uno de los cabrios más exclusivos y originales del mercado.

 

 

 

 

Todas las cualidades de este nuevo Mini Cabrio mejoran frente a la anterior generación, con un diseño mucho más refinado, una mayor ergonomía para el conductor y los pasajeros y mejores aptitudes mecánicas, con más potencia y menores cifras de consumo y emisiones.

El Mini Cabrio busca cautivar a quien desee un cabrio para cuatro personas, de dimensiones contenidas, con grandes dosis de exclusividad y lujo y que, además, conceda unas sensaciones extremadamente deportivas.

 

 

Entre los cambios perceptibles destaca una silueta alargada en 8 centímetros, principalmente repartidos por el frontal, para dar cabida a motores de mayor volumen, así como por el habitáculo o incluso por la zaga, consiguiendo más habitabilidad y ergonomía y 5 litros más de maletero tanto con la capota plegada como desplegada (125 y 170 litros) y 55 litros más cuando se abaten los asientos traseros, alcanzando los 660 litros.

 

 

La imagen general es más elegante con elementos muy personales como una exclusiva carrocería compacta de dos puertas combinada con una elegante capota de lona seleccionable entre tres colores. La  carrocería incorpora nuevos pasos de rueda más amplios y los típicos faros redondos enmarcados en cromo ubicados en los extremos, que combinados con una parrilla cromada más ancha, consiguen una imagen más musculosa de gran aplomo.

 

 

En la zaga, el portón del maletero deja un acceso de carga algo justo aunque se ha mejorado mediante el sistema Easy Load que amplía la boca de carga. Las bisagras de apertura se han escondido en el maletero para refinar su imagen.

Pero la característica fundamental de este Mini Cabrio es su capota de lona de apertura electrohidráulica con función de techo solar corredizo, que se puede desplegar en marcha hasta los 30 km/h en sólo 15 segundos y hasta los 120 km/h cuando se abre parcialmente el techo corredizo. Continuando con la originalidad, incorpora opcionalmente un curioso medidor de tiempo con la capota abierta, denominado Openometer, para fomentar el uso del vehículo con el techo desplegado.

 

 

El interior también se ha adaptado a la imagen que presenta toda la gama de tercera generación del Mini, con un protagonista reloj central que incorpora el velocímetro, el indicador de gasolina y que puede albergar los mandos de audio o la pantalla del sistema de navegación opcional.

 

 

Un reloj de menor tamaño en la columna de dirección tras el volante muestra las revoluciones del motor. En este versión cabrio el aire acondicionado ofrece un “modo cabrio”, que aumenta automáticamente el flujo de aire acondicionado y calefacción por las salidas inferiores cuando la capota está abierta.

Algo también propio de esta versión con techo abatible son los arcos de seguridad traseros, que ahora son mucho más discretos y van ocultos tras los reposacabezas traseros, desplegándose de forma electrohidráulica cuando es necesario ante un posible accidente.

 

 

Una cualidad innata a este Mini Cabrio, como a todos los de la gama, es la gran cantidad de elementos de personalización que existen, tanto con “gadgets” opcionales como con accesorios, pudiendo ocurrir que en dos años de producción en la línea de montaje no se vean dos unidades idénticas. 

 

 

De serie, tanto el Mini Cooper como el Cooper S disponen en el ámbito de la seguridad de control de distancia de estacionamiento PDC, dirección de asistencia eléctrica EPS, ABS, distribuidor electrónico de la frenada EBD, sistema de asistencia de frenado en curva CBC y control dinámico de estabilidad DSC, que incluye la función de asistente de aranque en pendiente Hill Assist. La seguridad pasiva tampoco se descuida, con cinturones de tres puntos de anclaje, airbags frontales, laterales delanteros y de cortina y sensor de presión de neumáticos.

 

 

A los mandos de un Mini siempre se ha podido disfrutar al máximo de la conducción más deportiva, pero ahora tanto con el motor del Cooper, con un propulsor de gasolina compartido con el grupo PSA Peugeot Citroën, de 4 cilindros y 1,6 litros atmosférico con regulación variable tanto en admisión como escape (Doble Vanos y Valvetronic), retocado para entregar 120 cv a 6.000 rpm y un par de 160 Nm a 4.250 rpm aun va más allá.

 

 

Más deportividad ofrece la versión Cooper S, que con el mismo motor 1,6 litros sobrealimentado mediante un turbo con sistema twin scroll e inyección directa entrega 175 cv a 5.500 rpm y un par motor muy plano de 240 Nm desde 1.600 hasta las 5.000 rpm, pudiendo momentáneamente aumentar el par hasta los 260 Nm con el sistema Overboost mediante solicitudes al acelerador.

 

 

Las prestaciones en ambas versiones son bastante reveladoras. La aceleración de 0 a 100 km/h en el Cooper es de 9,8 segundos mientras que su velocidad máxima es de 198 km/h. El Cooper S acelera de 0 a 100 km/h en solo 7,4 segundos mientras alcanza los 224 km/h. Los consumos en ambos son bastante ajustados para las cifras de potencia que ofrecen, con 5,7 litros a los 100 km en ciclo combinado para el Cooper y 6,4 litros para la versión más potente.

 

 

Los dos disponen de un botón Sport que modifica la gestión electrónica ofreciendo mayor capacidad de reacción al acelerador y brindando sensaciones más deportivas. Actúa sobre el pedal del acelerador haciéndolo más sensible, sobre la dirección que se muestra más directa y sobre el cambio automático, que eleva de revoluciones el momento idóneo del cambio de marchas.

 

 

Desde la marca se ha trabajado para reducir las cifras de consumos y emisiones en todos los motores del Mini y lo han llamado Minimalism, algo similar al Efficient Dynamics de BMW, mediante el empleo de un indicador de cambio de marchas en el tacómetro, neumáticos de baja resistencia a la rodadura, función Start/Stop que para el motor del coche cuando está detenido, recuperación de la energía de frenado y dirección asistida eléctrica EPAS, una serie de parámetros que consiguen reducir las emisiones según versiones entre un 11 y un 21%.

 

 

La conducción del Mini Cabrio, como en sus hermanos de gama, es más que nunca como en un kart con tracción delantera, puesto que además es a cielo abierto. De esta agilidad y rapidez de reacciones tienen la culpa un chasis muy sofisticado más mucho más rígido y más ligero que en la anterior versión, y una suspensión y dirección también mejoradas.

 

 

La suspensión delantera es McPherson y la trasera MultiLink o multibrazo de aluminio, algo inusual en vehículos de su tamaño, lo que permite unas reacciones muy nobles en conducción dinámica y un gran aplomo y confort en fuertes apoyos en curva, transmitiendo la máxima seguridad.